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Los radicales libres son moléculas que tienen como función la de destruir o alterar algunas células del cuerpo para provocar diversas enfermedades. Los antioxidantes son compuestos químicos que se encargan de defender a nuestro organismo de los efectos malignos de los radicales libres.
Para combatir estos radicales libres, es importante que no los acumulemos en el organismo. Por eso, es importante que evitemos el consumo de aquellos productos que contienen grandes cantidades de radicales libres.
Los radicales libres podemos encontrarlos en:

• Tabaco
• Alcohol
• Diversos medicamentos
• Mala alimentación
• Exceso de exposición solar
• Contaminación ambiental
• Stress.

Para la neutralización, existen los antioxidantes, que son enzimas con capacidad de eliminar los radicales libres. Estos son aquellos alimentos que contienen cobre, hierro, zinc, magnesio, betacarotenos y selenio. También aquellos que contienen vitaminas A, E y C.
Los antioxidantes se encuentran en muchos alimentos y se aconseja su consumo por sus propiedades antioxidantes:

• Betacarotenos: zanahoria, espinacas, albahaca, calabaza, tomate, diente de león.
• Vitamina C: pimientos, naranjas, limones, pomelos, etc.
• Licopeno: es la propiedad a la que los alimentos deben su color rojo. El tomate es el que más licopeno contiene.
• Glutatión: ajo, patatas, espinacas, maíz, verdolaga.
• Vitamina E: espárragos, lechuga, nueces, germen de trigo, semilla de girasol.
• Flavonoides: té, ajo, cebolla, manzana, col, cerveza, vino, naranjas, limones, pomelos.
• Cobre: legumbres, soja.
• Zinc: espárragos, apio, borrajas, higos, patatas, berenjenas, melocotones.
• Selenio: avena, arroz integral, melocotones. Este elemento junto al zinc, también previene la caspa.