El carruaje de cebras del Barón Rothschild Lionel Walter Rothschild, también conocido como el Segundo Barón Rothchild, el mayor de los hijos de Nathan Rothchild (Primer Barón Rothchild) y único heredero. Gracias a ello gozó durante toda su vida de una posición económica envidiable que le permitió dedicarse a su gran afición: los animales. Desde pequeño, Walter mostró un gran interés por todo lo relacionado con los animales. Coleccionaba mariposas e insectos y, gracias a la fortuna familiar, se pudo permitir tener como mascotas varios canguros en su jardín, así como pájaros exóticos traídos de África y Asia. Siguiendo estos intereses tan marcados de pequeño, Walter realizó en Cambridge sus estudios en zoología, pero trabajando en todo momento para el negocio familiar. Esto le permitió mejorar aún más las financias de la familia Rothschild, cosa que permitió que sus aficiones fueran cada vez más y más excéntricas. Walter dedicó gran parte de la fortuna familiar a viajar a los distintos rincones del mundo y a patrocinar otras muchas expediciones con el único objetivo de identificar animales, conseguir fotografías e incluso conseguir ejemplares para sus diferentes colecciones de animales. Con los ejemplares que fue consiguiendo, en 1892 Walter abrió al público un zoológico en Tring, una ciudad cercana a su residencia. Allí los ingleses pudieron disfrutar, además de sus extensas colecciones, de animales tan exóticos como canguros, avestruces, tortugas gigantes o incluso cebras amaestradas. Si bien Walter Rothschild no fue la primera persona en amaestrar una cebra, ya que era algo relativamente común en Kenia y otros países de África oriental, sí fue el primero en llevar las cebras amaestradas a Inglaterra e incluso llegó a utilizarlas para llevar carruajes por las calles de Londres. Este curioso hecho sucedió gracias a la ayuda de Hardy, un reputado jinete londinense. A mediados de la década de 1890, Walter Rothschild se puso en contacto con Hardy tras conocer sus aptitudes. La idea que Walter tenía en mente era conseguir que algún exótico animal similar al caballo se paseara por las calles de Londres perfectamente amaestrado. Tras los problemas para traer los especímenes y más de dos años de amaestramiento, Hardy consiguió pasear un carruaje tirado por cebras en una mañana de 1998. Más allá de sus excéntricas pasiones y la inmortalización de las mismas mediante la fotografía, Walter Rothschild también es memorable en la historia de la taxonomía por haber conseguido en vida la mayor colección zoológica jamás acumulada por una persona. Esta colección contenía la piel de unas 300.000 aves, 200.000 huevos de aves, 2,25 millones de mariposas, 30.000 escarabajos y varios miles de especímenes de mamíferos, reptiles y peces. Además esta impresionante colección, también identificó 153 nuevas especies de insectos, 58 aves, 17 mamíferos, tres peces, tres arañas, dos reptiles, un gusano y un miriápodo. A causa de varios problemas económicos, cinco años antes de su muerte se vio obligado a vender gran parte de su colección de aves al American Museum of Natural History. Tras su muerte en 1937, al no dejar ningún hijo legítimo, se donó el resto de su inmensa colección al British Museum. Fuentes y más información: |
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Silvia Aybar Ezquerra
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