Va siendo hora de entrar un momento en el mundo de los minerales... si en el puesto repito una y otra vez a la gente cómo tratarlos y cómo trabajar con ellos, no creo que me cueste mucho explicarlo aquí en unos momentos y en este momento tan activo de mi vida...

Una vez que te has dejado llevar por el instinto, la intuición, el tercer ojo... y te has comprado un mineral, o este te lo han regalado, o lo encuentras... llega el momento de "bendecir" ese instante en el que "él" decide presentarse en nuestra vida.

Lo primero, antes de usarlo de ninguna manera sería lavarlo con agua, mojarlo en el mar, bajo el grifo, sumergirlo, lo que se te ocurra, pero con amor y con conciencia de limpieza del mineral para una nueva andadura, un nuevo comienzo con su nueva amistad... también podemos usar la sal, aunque yo por ahora solo la uso en "casos extremos" para una limpieza potente, con sal marina por supuesto sin refinar. La sal no le va bien a todos los minerales, otros prefieren descansar en drusas de cuarzo o amatista, una pirámide con hueco en su interior es perfecto para ellos, y el agua le va bien a casi todos los minerales excepto a los solubles... aunque tengo mis dudas con respecto al agua destilada, si alguien tiene informaciones más precisas. Que conste que no tengo una experiencia dilatada con minerales ni mucho menos, pero aporto mi granito de arena como puedo y con amor...

lo segundo, es cargarlo de energía, que se vaya "reponiendo" y cargando a sí mismo. Para empezar lo podemos poner al sol un mínimo de 3 horas, pero luego, como en todo, podemos improvisar, dejándolo por ejemplo 3 días y 3 noches, sol y luna. Pero con al menos 3 horas de sol directo, podemos considerar que nuestro mineral está cargado y listo para acompañarnos en nuestro camino...

Lo tercero, si queremos, es programarlo según nuestras necesidades o las cualidades del mineral en cuestión. A parte de entablar una relación con este mineral y poco a poco ir cogiendo confianza y amistad con el, en un momento dado, lo cogemos con la mano derecha, le damos las gracias, le damos la bienvenida a nuestra vida, hacemos unas respiraciones para relajarnos, nos llevamos la mano al corazón, hacemos que el mineral sienta nuestros latidos, con amor, podemos enviarle luz y energía verde, rosa magenta... a través del corazón y las manos... y entonces, pedirle lo que queramos, decirle cómo nos puede ayudar, o simplemente decirle que empiece a trabajar con nosotros. Entonces llevarlo puesto, dormir con el (todo depende del tipo de mineral) y limpiarlo y cargarlo de vez en cuando, cuando lo sintamos, yo a veces lo hago todos los días, según me trato con ellos.

Y por último, el amor... el amor es lo que mejor funciona con todo, si los tratamos con amor, será devuelto y recompensado con creces, como en todo en la vida, el amor "manda", verdad? :-D Si los olvidamos en un rincón, cogiendo polvo, o los llevamos en el bolso por meses sin hacerles caso, es probable que dejen de actuar con normalidad, lo entendeis? es como si no regais una planta que lo necesita...

Bueno amigos, no puedo entretenerme más, hasta la próxima aparición!

Os recomiendo libros como los de Judy Hall (Biblia de los cristales I y II), y la trilogía de los Cristales de Katrina Raphael.

Salud y Luz!